HACIENDO COSAS BUENAS
Leemos:
Efesios 2:10
Desarrollo:
Miren hermanos lo bien colocadas que están las “obras” en el lugar donde deben estar colocadas. Usted ni yo podemos obtener nada de Dios por más que nos esforcemos por lograrlo. Nosotros no merecemos jamás otra cosa que no sea ser juzgado por la mano de Dios.
Si Él nos diese lo que nos merecemos, seguro que toda la raza humana acabaría en el infierno.
Pero, No, nosotros recibimos Su gracia, Su misericordia y Su amor. Pero estos dan como resultado las buenas obras; eso es el propósito de nuestras vidas. Hemos sido diseñados para producir buenas obras, y es una manifestación maravillosa de la habilidad de Dios.
La palabra hechura significa poema, ósea que “Nosotros somos Su poema”. Tal vez la mejor manera de expresarlo sería diciendo: “Nosotros somos Su obra maestra”.
Dios está preparado y expectante para obrar en nosotros, para que seamos una gran exhibición de Su sabiduría, de Su poder, de Su amor, de Su vida, de Su carácter, de Su paz, de Su gozo.
Él nos está enseñando, nos está capacitando, nos está alentando.
Aplicando su pintura en lugares apropiados, produciendo una maravillosa obra de arte para poder exhibirla. Esto debe dar como resultado las buenas obras: la amabilidad, el amor, la misericordia, la compasión, la ayuda mutua y el suplir las necesidades mutuas
Pero Pablo nos dice que Dios ha preparado estas cosas de antemano. Y dice claramente que solamente demos gracias bueno no lo dice pero se entiende, ¿Tienes alguna vaga idea sobre cuántas buenas obras tiene Dios preparadas para ti?
Dios espera que nosotros nos decidamos a caminar en ellas, al caminar por fe, dependiendo siempre de Cristo.
Las situaciones ya están ahí, listas y esperándote a que nos metamos de lleno en ellas. Es para eso que Dios nos ha llamado. Y nosotros al responder nos convertimos en una manifestación viva de su grandeza y gloria.
Reflexiono y Respondo
1. ¿Qué ha creado Dios para que nosotros hagamos?
2. Haga una lista de algunas buenas obras que usted podría hacer.
Leemos:
1 Pedro 4:8-11
Desarrollo
Lo que dice por sobre todas cosas es:
8 - Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados
Dios nos ha creado a cada uno de nosotros con un propósito específico. Primeramente, ese propósito es para darle honor a Él, y una manera de hacerlo, es atendiendo a las necesidades de los otros. Antes de proseguir quiero hacer hincapié en algo, tú no estás aquí por casualidad sino que de acuerdo a lo que dice el Salmo 139 de que antes de que naciéramos, todos los días de nuestra vida ya estaban escritos en el libro de Dios. Antes de que nos formara, los anotó Dios, y no faltó uno solo de ellos.
Nosotros alabamos a Dios porque sus obras son formidables, porque todo lo que hace es maravilloso. “Aun cuando las cosas no parezcan tener sentido, Dios todavía tiene un propósito para tu vida”.
9 - Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones
Nosotros honramos a Cristo, dándole a Él el mejor cuarto, que es nuestro corazón. Y también ofreciendo una buena hospitalidad a otros. “conocer el amor, es abrir nuestro corazón a Jesús… y demostrar el amor, es abrir nuestro corazón a otros”.
10 - Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.
11 - Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.
Cada creyente, en cada iglesia del mundo, ha recibido, al menos, un don espiritual de Dios, para el uso de la iglesia. Dentro del Cuerpo de Cristo, el amor del uno por el otro, encuentra su expresión en el uso de los dones espirituales, no para exaltarnos a nosotros mismos, o como una forma de atraer la atención de otros, sino para el beneficio de todos. Por lo tanto, cada cristiano es capaz de ministrar a otros dentro del Cuerpo de Cristo. La palabra “don” significa literalmente “un regalo de gracia”.
Cuando los cristianos reciben la gracia de Dios de esta manera, tienen la responsabilidad de compartir este don con otros cristianos.
En este pasaje podemos dividir, los muchos dones de la gracia, en dos grandes categorías: Hablar Y Servir. Hablar incluye, no solo predicar y enseñar, sino muchas otros dones más, como el evangelismo, hablar en lenguas (No Glosalia), dar ánimo y aliento, y el liderazgo. (No incluyo el don de profecía ya que Juan fue el último profeta)
Servir incluye a cualquier tipo de ministerio de asistencia y de estímulo, que se enfoque directamente al beneficio de otros dentro del cuerpo de Cristo, tales como contribuir a las necesidades de otros, la sanidad.
Los creyentes debemos tomarse estos dones, muy en serio, y ejercerlos con una actitud de dependencia en Dios (ciñéndonos a las palabras de Dios y obrando por medio de su poder).
Cuando los dones de la gracia son aplicados de esta forma, la atención y elogio del creyente o la creyente van a Dios, que es el que ha dotado al creyente (1 Corintios 4:7)
Reflexiona y Responde
1. ¿Cómo cubre el amor una multitud de pecados?
2. ¿Ha estado ofreciendo hospitalidad a otros discípulos?
3. ¿Cómo puede mejorar en esto?
4. ¿Qué crees que Dios quiere que usted le dé a los demás?
Leemos
Gálatas 6:1-10
Desarrollo:
Probablemente, no que digo efectivamente, el peor enemigo del cristiano no es Satanás, sino que peor es el tiempo. Los seres humanos tenemos una marcada y triste capacidad de cansarnos de las cosas maravillosas. Casi todos ustedes se acordarán de algo que los haya entusiasmado recientemente, sin embargo esa alegría ya desapareció. Por ejemplo: los millonarios se cansan del dinero, los niños se cansan de los juguetes y los cristianos se cansan de hacer el bien.
Al principio, la emoción fue fuerte pero ahora están cansados de hacer cosas buenas. Ya no sienten esa emoción, ahora se cansaron de hacer el bien. La energía interior y la alegría se esfumaron. Les parece una tarea rutinaria. Se sienten desanimados.
Pero no debemos de olvidarnos que no debemos dejar de brindar los frutos del amor, porque si lo hacemos las obras de la carne toman el control de nuestras vidas y recordemos lo que dice el Apóstol Pablo en (Gálatas 5:21; 6:8). Estas cuestiones a muchos le resultaran medio raro de asimilar pero dejen que estos conceptos entren en sus mentes y analícenlos. Lo que está en juego aquí no solo es la vida eterna o la santificación, sino que la salvación final.
En cierto modo de que si vamos al cielo o al infierno en gran medida depende de si nosotros os cansamos de hacer el bien, y le dejamos paso a las obras de la carne. Y si hermanos este texto va especialmente dirijido a las Iglesias de todo el mundo.
Presten atención a estas breves líneas del versículo 9. “No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.”
Cosecharemos la vida eterna si cumplimos y sembramos para el Espíritu, tremendo, es decir, si no nos cansamos de hacer el bien. Nosotros heredaremos el cielo y la salvación eterna, además puedo decir que este texto a mí en mi rol de pastor y como maestro el hacer el bien llevándoles palabra fresca, no es sólo un medio para la santificación de ustedes, sino también un medio para su salvación y la mía. Este texto se escribió para conducir a las personas de Gálacia a la salvación final, sino que traspasa las barreras del tiempo y no es llegado a nosotros como una revelación.
En base a lo anterior expuesto “encontramos que el ministerio de un pastor está limitado a la condición del creyente y no a su posición. Por lo tanto, nuestra seguridad y rescate de las consecuencias penales del pecado, no tienen ninguna relación con la predicación de un pastor” En oposición a ese criterio de predicación sumamente generalizado, les pido que reflexionen sobre (Gálatas 6:8 - 9)
Como su pastor y maestro me hago estas preguntas ¿Debo comunicarles el mensaje de Pablo? ¿Debo hablarles de la misma manera que Pablo les hablo a todos? ¿No es la “corrupción”, que se menciona en el versículo 8, la consecuencia del castigo final por el pecado? ¿La “vida eterna”, que expresa el versículo 8, es la liberación de las consecuencias del pecado?
De acuerdo a nuestra experiencia, ¿No dependen estas dos cosas de lo que sembremos en el Espíritu y de que no nos cansemos de hacer el bien? Y si esto fuera así, ¿No debe creer un pastor que su mensaje puede ser un medio designado divinamente, para que lo hijos de Dios perseveren en hacer el bien hasta el final y así heredar la vida eterna?
Mi objetivo con este cursado y en esta vida es ser un maestro fiel a la Palabra de Dios, para el bien de todo su pueblo y para la gloria de su nombre. Pero para ello No puedo ser un maestro fiel si no les digo que si se cansan de hacer el bien y se desaniman no segarán la vida eterna. Que si abandonan el sembrar en el Espíritu y se dedican a depender de la carne, segarán corrupción. (Romanos 8:13).
Ahora aquí también surge una cuestión muy cuestionada en todas las iglesias, pero para poder comprenderlo debemos continuar con el pensamiento que Apóstol Pablo lleva adelante, miremos el versículo 2,
“Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.”
Una de las maneras de soportar las cargas de aquellos que tienen la enorme responsabilidad de enseñar en la iglesia es apoyarlos financieramente para que se despreocupen y puedan dedicarse a la oración y al estudio. Evidentemente, había algún problema con esto en Gálacia. Y por eso Pablo estaba haciendo mención de esto.
Quizás tuvieron un buen comienzo y luego se cansaron de hacer el bien, el bien de sostener a los ancianos que se dedicaban a enseñar en la iglesia. Quizás algunos argumentaban que eran libres en Cristo y podían usar el dinero para otras cosas. “De todas maneras, ¿quién necesita ser el enseñando? Sabemos que la realidad de hoy día, es bastante diferente a la de aquel entonces o quizás no quizás era igual. No hay mucho dinero, son tiempos difíciles”.
A ciencia cierta no sabemos lo que decían las personas de aquellos tiempos, pero sí sabemos una cosa que de todas las cargas que Pablo pudo haber mencionado, el eligió hablar de la carga material de aquellos que enseñan la Palabra de Dios.
El Apóstol Pablo aprendió este principio del propio Jesús, cuando el envió a los 70 a predicar y les dijo que no se lleven su propia comida, porque el obrero es digno de su salario 1 Timoteo 5:17-18, por tanto el obrero de Dios es digno de recibir lo que la gente le dé. Probablemente el paralelo más cercano que encontraremos a Gálatas 6 sea (1 corintios 9:11)
En resumidas cuentas hermanos, no nos cansemos de hacer el bien, nunca, nunca nos cansemos.
En Gálatas 6:6 podemos ver cuatro consecuencia que quiero mencionar brevemente.
La primera:
Enseñar la Palabra de Dios es algo esencial en la iglesia. No podemos conocer al Señor como deberíamos si no tenemos una enseñanza sólida. Por desgracia en las iglesias de hoy día esto se a tornado una molestia, enseñar la palabra muchos lo consideran innecesario, dado que creen que con lo que el pastor les dice desde el pulpito a las personas les debe de alcanzar, y así no permiten el desarrollo espiritual de fieles.
La Segunda:
“Aquellos que tienen la importante responsabilidad de enseñar la palabra de Dios, necesitan la libertad para estudiar, meditar y orar. Para Investigar el significado de los textos bíblicos y descubrir la relación de estos significados con la totalidad de la revelación dada considerando cómo se relacionan estos con la vida actual”
Y si lleva mucho tiempo estudiar para preparar las predicas y las clases, por lo general los días de semana desde las 19hs hasta casi entradas las 00hs estoy abocado en ello y los fines de semana Sábados y Domingos casi todo el día, claro que existen momentos en los que paro un ratito, pero sinceramente estoy muy agradecido a Dios que me permite hacerlo y que me da el entendimiento que necesito para poder llevar esta tarea adelante
La tercera:
“Se sabe que los maestros y pastores han de ser pagados para que no tengan que trabajar en actividades seculares para mantenerse y para que se puedan dedicar de lleno al estudio de la palabra de Dios”
Algunos como el Apóstol Pablo o como Alfredo y Yo, renunciamos a este derecho que por ser Maestros y Pastores tenemos, pero aquellos a los que se les enseña la Palabra tienen que saberlo y tienen que sentirse deseosos de aliviar a sus maestros y pastores financieramente.
La cuarta
Cuando ustedes aportan de su dinero para la mantención del ministerio de enseñanza, están cumpliendo la ley de Cristo, de acuerdo a lo que el Apóstol Pablo menciona en el versículo 2 (ayudar a sostener las cargas de los maestros) y no se debe de cansar de hacer el bien de acuerdo al versículo 9 (No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos) sino que ustedes se están preparando para la vida eterna. Cuando el Apóstol Pablo menciona, en los versículos 9 y 10, que no debemos de cansarnos de hacer el bien y que tenemos a obligación de hacer el bien con todos, especialmente con los de la familia de la fe, lo que el Apóstol Pablo tiene en mente, como mínimo, es que todos usemos nuestro dinero para mantener a los que enseñan la Palabra de Dios.
El versículo 7 el Apóstol Pablo refuerza el mandato del versículo 6: “No os dejéis engañar, de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará”.
Evidentemente las personas que no querían compartir sus bienes con sus maestros en las iglesias habían sido víctimas de algún engaño como sucede en la actualidad y estaban burlándose de Dios con sus actos. Pero la realidad es que la palabra de Dios es una sola y nuca cambia, quizás estas personas al pasar por lo que pasaron, decían tales cosas como, si Dios es dueño del oro del mundo para que quiere el tu billete. La realidad es que Dios no lo necesita, sino quien lo necesita es la obra de Dios que es llevada adelante por los hombres, Entonces, estos hermanos en nombre de su libertad han comenzado a satisfacer los deseos de su carne todo lo contrario a la advertencia de Gálatas 5:13 Y lo que es peor, están tratando la Palabra de Dios con desprecio. Y Eso es una burla tremenda para Dios, cuando se desprecia a sus mensajeros (2 Crónicas 36:15-16).
El texto dice: “De Dios nadie se burla”. ¿Qué significa? Bueno exactamente lo mismo que cuando un padre le dice a su hijo: “¡A mí no me tienes que hablar en ese tono!”. Es decir, ese niño se va a arrepentir profundamente de haberle hablado así a su padre. O como dice el Apóstol Pablo, segaras lo que sembraste.
"De Dios nadie se burla" significa: Que Si ustedes desprecian su Palabra se van a arrepentir profundamente. Pablo nos dice: “No os dejéis engañar”. Siempre hay un período entre la siembra y la cosecha. Pueden engañarse a sí mismos por un tiempo pero tarde o temprano se darán cuenta de su error, creyendo que sembrando egoísmo van a producir gozo. Pero están totalmente equivocados. “¡De Dios nadie se burla!”. La indiferencia hacia su Palabra y el uso de los fondos, que deben ser para Dios, en caprichos personales, se volverán contra ustedes como una avalancha de sucesos no deseados-
Miremos estos ejemplos (2 reyes 5:25-27; Hechos 5:1-11)
Pablo nos dice en los versículos 6 y 7: Honramos a Dios y a su Palabra cuando aportamos nuestro dinero para el ministerio de la Palabra (En nuestro país o más allá de las fronteras) en vez de usarlo para nuestra comodidad, seguridad y prestigio. Pero si nos engañamos y pensamos que seremos más felices gastando el dinero en nuestros placeres privados, entonces estamos burlándonos de Dios, y nuestra codicia se estrellará contra nosotros y Segaremos lo que hemos sembrado.
Finalmente en el versículo 8 el Apóstol Pablo. Nos aclara lo que realmente está en juego, y nos da la esperanza que necesitamos, pero también nos dice que aquel que siembre para su propia carne, segara corrupción. Pero el que siembra para el espíritu, segara vida eterna.
Eso es lo que está en juego, la vida eterna y eso está en juego por nuestra actitud a la enseñanza de la palabra de Dios, y el uso de nuestros bienes.
Quizás para algunos, esto resulte chocante, pero es así, no es invento nuestro, está escrito, incluso algunos pensaran que esto es una vuelta a la salvación por obras, misma que Pablo echo por tierra, pero no lo es.
Las obras son las actitudes y las acciones de un corazón que mira para sí mismo, para el logro de la virtud o el contentamiento y que esperan que se le consideren por ese logro, pero la realidad es que nadie puede salvarse por tales obras.
Pero el amor no es una de las obras de la carne, sino que es el fruto del espíritu, no estamos enseñando la salvación por obras, cuando decimos que para entrar a la salvación final, hemos de llevar el fruto del espíritu. Lo que estamos diciendo no es nada más que lo el Apóstol Pablo dijo en (Romanos 8:14)
La simple y genuina conversión no es un simple acto humano de llamar solamente a Cristo nuestro señor o Salvador (Mateo 7:21-23), la conversión genuina es un acto divino, por el cual un ser humano, ósea nosotros, permitimos que el espíritu santo more en nosotros, mismo que nos hace odiar el pecado y amar la rectitud. (Romanos 8:15; Gálatas 4:6; Ezequiel 36:27)
Cuando nos convertimos debemos aprender a tener confianza en Jesús, y también debemos aprender a escuchar los evangelios, somos movidos a abandonar el pecado y poner nuestra fe en cristo para ser perdonados y comenzar a caminar por la fe en sus promesas y su poder, existen actitudes hacia el dinero y hacia la enseñanza de la palabra de Dios que no pueden coexistir con la verdadera fe en la suficiencia de cristo, Por eso el Apóstol Pablo dice, que aunque la salvación es por gracia a través de la fe, aún existen actitudes y actos que pueden destruirnos.
La esperanza, de la que habla Pablo en el versículo 8, reside en que solo podremos disfrutar de la vida eterna si sembramos para el espíritu. ¿Qué significa esto? Bueno significa que el espíritu es el campo en donde trabajamos en el que esperamos producir una buena cosecha, es por eso que ponemos toda nuestra atención en el espíritu, por ejemplo cuando nos despertamos en la mañana, o en la tarde, en nuestros trabajos, con amigos, familiares o incluso subiendo las escaleras, o volviendo en el auto a casa, y sentimos que no tenemos el tiempo suficiente para buscar más de su presencia de su plenitud, no se preocupen con una oración en ocasiones alcanza.
Cuando nosotros recibimos nuestros salarios, sueldos o cheques de pago, alguien alguna se preguntó ¿Miramos al espíritu para saber cómo darle el mejor provecho para el reino de Dios, o solo invertimos en el campo de la carne, para nuestro propio uso privado?
Sembrar para el espíritu significa reconocer a donde apunta el espíritu para producir un exquisito fruto, sembrar para el espíritu significa mantener la obra de Dios, no importa en donde te congregues, no importa lo que el pastor o el maestro hagan con eso que tu das, lo importante es que tu sepas con el mandato del señor. Así que queridos hermanos, no se cansen de hacer el bien, sea a donde sea que se congreguen, no dejen de ayudar a la obra de Dios.
Y esto es algo que yo siempre digo, Dios no necesita nuestro dinero, pero los pastores que lideran las congregaciones si, ya que el aire acondicionado para estar frescos en verano tiene gastos, el gas para estar calentitos en invierno lleva gastos, los instrumentos para adorar a Dios, llevan gasto y todo lleva gasto, que el Pastor solo no puede solventar. Ahí es donde entra la urgencia y la necesidad de que ayudemos en la obra de Dios con nuestro dinero. Pero bueno eso queda a criterio de cada uno. Lo único que sabemos es que el señor nos dijo que si hacíamos así, él nos multiplicaría hasta que nos sobre y nos abunde. Por eso hermanos no nos cansemos de hacer el bien, por que a su tiempo cosecharemos lo que hemos sembrado, si no nos cansamos
Reflexiono y Respondo
1 - ¿A quién quiere Dios que ayudemos?
2 - ¿Quién en su Charla de Biblia tiene necesidades ahora mismo con las que usted puede ayudar?