Adán y Eva desobedecieron y eso es un hecho, pero para poder entender mejor veamos lo que dice la escritura.
Génesis 3:9-13
09 - Más Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?
10 - Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.
11 - Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses?
12 - Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí.
13 - Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí.
Como podemos ver la sucesión de hecho que se relatan en la escritura dice que Jehová llamo al hombre, este se escondió, Jehová le encontró, le pregunto por qué se escondió, el hombre le dijo y se excusó, y la mujer de igual manera se excusó. Sin entrar en grandes detalles más o menos es lo que sucedió ese día nefasto en que el hombre pensó que podía burlar al Dios. Trajo sus consecuencias.
Más allá de que nosotros no tuvimos ni vos ni parte en esos sucesos, marcado en nuestros genes, en nuestra alma, tenemos ese sentir de revelarnos a la autoridad de Jehová, siempre tendemos a tentarlo, (Bueno tentarlo como si acaso fuera que pudiéramos).
Entre las consecuencias que nos dejaron como legado Adán y Eva tenemos la más dolorosa de todas, esa ruptura entre nosotros y Dios.
Siempre debemos de recordar que nuestras acciones, tiene sus consecuencias, ya sean estas buenas o malas, tomemos el ejemplo de un roca no muy grande algo del tamaño de un mouse de computadora, si la arrojamos a estanque de agua podemos ver que esta causa una reacción en la superficie del agua y hasta el mismo fondo del estanque se remueve la tierra al caer.
Del mismo modo que esa piedra modifica la forma del estanque, del mismo modo, nuestras decisiones ya sean buenas o malas modifican nuestras vidas, tal como lo hicieron con Adán y Eva, quienes tuvieron que pagar por su transgresión.
Como dije anteriormente ellos pecaron y tuvieron sus consecuencias por ellos, y entre ellas Hai una que nos asecha hasta el día de hoy y no es otra más que estar alejado de presencia de Jehová, no poder disfrutar de todos los beneficios y bendiciones que gozaron en un comienzo los primeros humanos en el jardín de edén.
Pero Dios en su enorme misericordia nos envió un salvador, al Señor Jesús, para que tal como dice la escritura.
Juan 14:23-24
23 Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.
24 El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.
Por tanto solo depende de nosotros poder restaurar nuestra relación con Dios.
Descubre cómo podemos mantener la restauración que Jesús nos da con Dios
Génesis 3:3: Éxodo 20:12: Deuteronomio 6:31 Juan 1:9: Romanos 6:23
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